¿Puede la simple costumbre de caminar hacer que nuestro cerebro se vuelva más creativo y que, además, nos sintamos más felices?
Estoy convencido que sí. Hace cinco años cambié mi vida sedentaria por una rutina diaria de ejercicio y ahora todo es diferente, mi estado de salud es bueno, mi ánimo por lo general es positivo y si a esto le añadimos que la ropa me calza mejor, puedo ser testimonio que las letras de este artículo pueden motivarte a ti a realizar los cambios necesarios para tener días más plenos.