El vendedor de huevos es una fábula que describe la hipocresía del que gusta de aparentar lo que no es. Humilla al humilde y se quita el sombrero frente al poderoso.
El vendedor de huevos
La mujer le preguntó …
– ¿A cuánto estás vendiendo los huevos? -.
El viejo vendedor respondió …
– A $5 el huevo, señora
Ella le dijo …
– Tomaré 6 huevos por $20 o me iré
El anciano vendedor respondió …
– Esta bien señora, llévelos al precio que usted quiera. Puede ser que este sea un buen comienzo, porque hoy no he podido vender ni un solo huevo
Ella tomó los huevos y se fue sintiendo que había ganado. Se subió a su automóvil y se fue a un elegante restaurante con una amiga. Allí, ella y su amiga ordenaron de la carta, lo que más les gustaba. Comieron un poco y dejaron mucho de lo que ordenaron. Luego ella fue a pagar la cuenta. La cuenta le salió $450, ella dio $600 y le pidieron al dueño del restaurante que se quedara con el cambio.
Este incidente podría haber parecido bastante normal para el propietario, pero, muy doloroso para el pobre y anciano vendedor de huevos.
La cuestión es …
¿Por qué siempre demostramos que tenemos el poder cuando compramos a los necesitados?
¿Y por qué somos tan generosos con aquellos que ni siquiera necesitan nuestra generosidad?
¿Por qué nos gusta tanto vivir de las apariencias?
Por algunos años he podido mantener este blog costeando los gastos que esto implica. Pero en los últimos tiempos se me ha complicado.
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