En tiempos de paz o tiempos de guerra, el buen soldado es guerrero hasta la muerte. Han cambiado las formas, pero la esencia del guerrero no.
Es acaso un síntoma de cobardía cuando un guerrero siente temor o es un llamado a la prudencia. Los intereses oscuros provocan las más nefastas de las batallas.
El oro y el poder incitan a cometer cualquier acto de barbarie y de traición. En tiempos remotos, la corona y el reino justificaban la espada y la muerte por que el fin justificaba los medios.
Los nuevos tiempos cambiaron las reglas de las disputas entre los hombres. La traición sigue siendo método, pero la espada ha sido cambiada por las balas, la cárcel y la calumnia. El guerrero es guerrero hasta la muerte. Entonces, el síntoma no es miedo, ni prudencia, es sólo un tiempo de reposo para cuando venga de nuevo la nueva batalla.
Por algunos años he podido mantener este blog costeando los gastos que esto implica. Pero en los últimos tiempos se me ha complicado.
Ayúdame a continuar escribiendo con un donativo.
No se encontraron Comentarios