LAS ÓRDENES DE UN IDIOTA: LAS RECIBÍ DE UN SOLDADO

Contaré una anécdota de cuando era un jovencito de 18 años de edad. Deseo escribir estas letras, porqué hay semejanza con algunos que son jefes, directivos, líderes y similares. Las órdenes de un idiota las recibí de un soldado cuando realicé mi servicio militar.

Sábado de servicio militar. Corría el año 1988, los militares nos traían en verdadera faena a la cuarta compañía de reclutas generación 67 anticipados y remisos.

– ¡Cuarta compañía! ¡alto, ya! – nos gritó el soldado raso- hay que acarrear aquellas rocas de allá, traerlas para acá e ir haciendo una barda hasta ese árbol de allá. –

Y allí vamos, tardamos algo así como dos horas en hacer la dichosa barda.

- ¡Bien hecho reclutas! - gritó el soldado raso que nos comandaba- ahora, hay que ir por las rocas de la barda recién hecha, traerlas para este otro lado y formar de nuevo una barda hasta ese muro de allá. -

Nos quedamos viendo unos a otros...

- ¿Y este éste idiota que se trae? - le dije a uno de mis compañeros que, por cierto, la mayoría éramos compañeros de escuela - ni modo, vamos a hacerlo.

Después de dos horas, deshicimos la primera barda y formamos la segunda, tal como nos ordenaron. ¿Qué creen? Pues resulta que luego el soldado raso nos pidió deshacer la nueva barda y rehacer la primera.

- A ver mi "comandante"- le dije muy enojado - ¿pues de que carajos se trata el jueguito éste? ¿ya nos agarró de sus imbéciles o qué? 

El soldado raso se encolerizó, nos formó y luego gritó....

- ¿Pues qué diantres van a hacer a la escuela? ¿qué no les enseñan a obedecer?

Tomé valor y le contesté ....

- ¡En la escuela nos enseñan a pensar no a hacer estupideces inventadas por imbéciles! -

Ese sábado terminé castigado y arrestado hasta las 8 de la noche por culpa de un idiota.

Con dedicatoria a todo aquel que guste de encargar trabajos a sus subordinados y luego, hacerles cambios una y otra vez para volver al mismo punto de partida sólo por hacerse los importantes.