Las voces de los ángeles las escuché una de esas tardes en que el cansancio me venció. Fue un sueño, un dulce sueño.
En un tiempo y lugar
que ya no existen,
en donde el aire
es de color naranja
y los pensamientos
huelen a mujer,
escuché voces de ángeles
que me hablaban por teléfono
susurrándome cosas indecibles.
Los sentires más placenteros
tuvieron lugar,
los instantes de ese viaje fugaz
me hicieron sentir
lo bello que es la vida,
no duró más,
fue muy rápido,
¡fue un sueño!
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