Cuento breve del niño que quedó plasmado de emociones encontradas al mirar el mar por primera vez.
Él tenía diez años de edad y no conocía el mar,
su papá paró el coche y el niño corrió hacía donde creía estaba eso que le platicaban era el mar.
Detuvo abruptamente su rápida carrera,
allí estaba frente a él,
inmenso, azul, hermosísimo y ruidoso.
Él se quedó como hipnotizado,
hastiado de tanta belleza.
Ese niño era yo.
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