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LA FÁBULA DE LA RANA SORDA Y LOS VERDADEROS AMIGOS

Tan común es fracasar como es triunfar a pesar de las personas. Si uno navega con bandera de éxito por esos océanos plagados de tiburones, ellos estarán prestos para devorarte en cuanto caigas, no importa cuánto tardes, allí estarán para darse un festín. Los amigos se hacen presentes en cualquier momento, en cualquier circunstancia. Esos son los verdaderos amigos.

En las dificultades se conocen a los verdaderos amigos, como las dos ranas que cayeron a un hoyo profundo, lucharon por salir del pozo, pero no todas lo lograron.

LA FÁBULA DE LA RANA SORDA

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas que estaban en el fondo que era muy difícil salir y lo mejor era que se rindieran.

Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas, pero las ranas que estaban arriba seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.

- ¡Quédense tranquilas! ¡No van a poder! 

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían, no pudo más y se rindió. Ella se desplomó y murió, pero la otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.

Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se entregara y se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.

Cuando salió, las otras ranas le dijeron:

-Nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de todo lo que te gritábamos.

- ¡Oigan! No sé qué me decían, pero muchas gracias porque me animaron a seguir adelante para salir de este hoyo. 

La rana les explicó que era sorda.

No escuches las voces de desanimo del mezquino que dice ser tu amigo, escucha tu voz interior que no es otra cosa que tu ángel de la guarda, dios o como quieras llamarlo, es la voz que te dice … ¡Vamos tú puedes! ¡Ya casi lo logras! ¡No desfallezcas! Allí está para cuando salgas del pozo, abrazarte y celebrar juntos la victoria. Y si no lo logras, allí permanecerá animándote no importa cuánto tiempo permanezcas en el pozo. 

Fco. Armando Payan Guerrero

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