No creo en muchos lideres. No comulgo con ese tipo de seres que por los poros transpiran harto protagonismo en el ejercicio de su «liderazgo». No me gustan y no los sigo.
Son gritones, retóricos y por lo general, cualquiera les queda pequeño por no decirlo de otra manera.
Para ser líder hay que callarse la boca, servir sin querer los reflectores y los aplausos para lucir querido, aceptado y glorificado.
Si te gustan mis letras invitame un café
No se encontraron Comentarios