Por esos días, los últimos de mi madre sobre el mundo de los vivos, el conteo tumoral no daba indicios de ceder. Los estudios de laboratorio arrojaban más de 3, 500, 000. Este número alarmó a su oncólogo. Dijo que, en sus años de trabajo profesional, jamás había visto un resultado así. Eso significaba que el cuerpo de mi amada madre estaba invadido por el cáncer. Teníamos que seguir suministrando la quimioterapia convencional que lejos de hacer bien, daba indicios de hacer estragos. Me había documentado sobre los tratamientos alternativos. Tenía semanas leyendo, consultando y seleccionando todo aquello que me parecía confiable. Hacía unas semanas atrás que conversaba vía chat con mi recién conocido Carlos Navas de Guatemala.
Una rápida pero amena lectura resultó el libro «Un cuento triste no tan triste» de Jorge Bucay. Sobre todo, una lectura muy enriquecedora que me recordó que detrás de las máscaras del odio, furia o tristeza, siempre hay otra cara que esconde el verdadero fondo de los actuares humanos.
Hace algunos años en mi desesperada necesidad de salvar la vida de mi madre, busqué información que le ayudara a curar el cáncer. Por azares del destino, conocí a Carlos Navas, un inmunólogo estudiado en Cuba y radicado en Guatemala. El vino a México a conocer el caso del cáncer de páncreas de mi mamá. Conocí los efectos de la amigdalina en pacientes con cáncer.
¿Y que tienen que ver los factores de transferencia en los asuntos del cáncer?
Esto lo aprendí del Dr. Carlos Navas quién también realiza estadías de colaboración en el Instituto Politécnico Nacional IPN.
Imagina a las células del cáncer cuando las detecta tu sistema inmunológico, éste envía a un ejército de células buenas a combatir a las malas. Se hace la batalla.
Pero entonces el ejército malo al alimentarse de azúcar, toxinas de carne roja y del estado de ánimo del enfermo, éste comienza a fortalecerse. Si a esto le sumamos la merma del sistema inmunológico por causa de las quimioterapias, el cáncer comienza a ganar la batalla.
Después de quince años de investigación como tratamiento alternativo para el cáncer fueron presentados resultados del veneno del escorpión azul (Rhopalurus Junceus). Por los investigadores Hidelino Pérez Martínez y Caridad Rodríguez Torres. Es bien conocido los esfuerzos de científicos de Cuba, en los padecimientos de cáncer. Logrando notables avances, aunque no reconocidos por la comunidad científica «oficial».
Unos días antes de morir mi madre, un amigo de Guatemala escribió unas lindas palabras ella. Hoy, después de muchos días póstumos, deseo ponerlas en mi blog por una razón: «Alentar a otras personas en su lucha contra el cáncer». Una carta de amor para mi madre.
Si fueras al manantial donde fluye la DIGNIDAD y te agachases para ver el reflejo de tu rostro y no lo vieres, significa que alguien te la robó. Luego entonces para recuperarla, se hace necesario dignificar a aquellos que, por tu pérdida, también se les opacó el reflejo de su dignidad.
