Hoy quiero brindar por todas esas personas que rompen los esquemas impuestos por los perversos. Por esos y esas que, a pesar de las presiones sociales, se atreven a alzar la voz.
Brindo por los bien dotados de pensamientos libres de ataduras. Por aquellos poseedores de palabras bien meditadas antes de hablar. Por esos a los que la estupidez es parte de su ser antes que aceptar ser grande por causa de sus posesiones materiales. Por los que aman a su familia sobre todas las cosas. Por los que hacen raíces profundas en un lugar donde los suyos sean felices. Por aquellos a los que el poder del dinero no les hace fortuna.
Brindo por ellos, los que no se forman donde hay filas para adquirir un puesto a cambio de limosnas. Por esos a los que las promesas del expoliador dador de gracia mundana, no les importa más que el beso de un hijo. Por los que escupen en la cara del perverso manipulador antes que vender su dignidad por favores mezquinos.
Brindo por todos los que no tienen cabida en las esferas de los poderosos. Por esos a los que temen por el poder de su entereza y de sus palabras. Por esos los que huyen por su sabiduría y tratan por todos los medios de apagar la luz de su ser. A ellos que, por el amor de su mujer y la paz de su hogar, son incapaces de doblegarse ante las eventuales tentaciones del tramposo. Por todos ustedes … ¡Salud!
¡Brindar con una copa rebosante de burbujeante dignidad!
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